viernes, 25 de julio de 2014

La vida después de James

El profesor que más odié en la universidad me decía: “Si después de ver una película, la que sea, sales de cine siendo la misma persona, el problema definitivamente no está en la pantalla sino al frente.”


Hoy yo creo que amanecí con ganas de ser una persona diferente viendo la película del mundo actual, especialmente la película de la fiebre Jamesina que nos ha contagiado a todos desde el Mundial 2014. Según Google Trends, y como lo pueden ver más abajo, nuestro futbolista y el Real Madrid han liderado las tendencias de búsqueda en el mes de Julio:

Hoy yo creo que amanecí con ganas de ser una persona diferente viendo la película del mundo actual, especialmente la película de la fiebre Jamesina que nos ha contagiado a todos desde el Mundial 2014. Según Google Trends, y como lo pueden ver más abajo, nuestro futbolista y el Real Madrid han liderado las tendencias de búsqueda en el mes de Julio:




Curiosamente su esposa Daniela Ospina ha tenido incluso más búsquedas que el propio James estos últimos días:



Ok volviendo al tema, después de esta avalancha de buenas noticias, de la alegría de una Selección Colombia renovada y demás importantes triunfos deportivos, yo me pregunto: Cómo es posible que después de ver a James ponerse la camiseta del Real Madrid, a Catherine Ibargüen ganar tantas medallas, a Nairo y Rigo pedalear juiciosos hasta el podio de Il Giro d’Italia, el resto de colombianos sigamos siendo las mismas personas? 

No me cabe en la cabeza que la guerrilla siga echando bala, los ladrones sigan robando, los políticos sigan mintiendo (y robando) , la gente se siga matando... en definitiva, que todos nosotros sigamos siendo lo que somos: monótonos, predecibles, indiferentes. Cuándo vamos a hacer ese gran alto en el camino para pedalear por nuestros proyectos de un mejor país?


A veces parece que el patriotismo de ver a nuestra gente triunfar solo nos alcanza para comprar una camiseta, un afiche o una ruana rosada. Y bueno, no estoy en contra del merchandising, de hecho la publicidad es la que me da de comer. Mucho menos estoy en contra de que las personas humildes aprovechen la fiebre para hacer una platica extra. Es más, ojalá hayan más triunfos como estos para que, los que puedan, tengan opciones de trabajo, así sea informal.


Mi punto es, qué hacemos con nuestras vidas después de James, además de comprar la camiseta y volvernos hinchas del Real? Estamos aprendiendo algo de él y los demás colombianos que han tenido la valentía de tener un sueño y hacerlo realidad? Si estos muchachos no son inspiración suficiente para cambiar nuestra realidad y darle vida a nuestros proyectos, estamos jodidos.


Es curioso porque en los medios, en Twitter, en Facebook, mejor dicho en todas partes decimos que nuestros deportistas son un ejemplo para Colombia, como si Colombia fuera una señora por allá que vive perdida quién sabe en donde y no nosotros mismos, los colombianos de carne y hueso que tenemos que hacer nuestra tarea, tomar decisiones, y seguir el dichoso ejemplo bueno.


Si tan orgullosos nos sentimos de James, por qué seguimos sentados en un sillón viéndolo en televisión en vez de levantarnos a mover el mondongo y salir a montar bicicleta o jugar futbol, o simplemente desempolvando esos viejos proyectos de vida que dejamos en el olvido del conformismo. Entre otras cosas, hacer ejercicio al menos sería mejor negocio por aquello de que como tenemos un pésimo sistema de salud y unas EPS tan ladronas, pues nada mejor que adoptar un estilo de vida saludable a ver si así no nos enfermamos tanto y de paso nos evitamos el calvario de visitar un médico y pelear por una lovastatina.


Por otro lado, y en mi muy simplón modo de ver la vida, a mí no me cabe en la cabeza que paguemos un platal por la camiseta del Real con el nombre de James para que nos sirva de pijama. Por lo menos chicaniemosla en el gimnasio o trotando en un parque!


También es recurrente el dicho: “nuestros deportistas son un ejemplo para las futuras generaciones”, como quien dice escurrámosle el bulto a nuestros niños, que sea de ellos la responsabilidad de salir a la vida a perseguir sus sueños porque nosotros los adultos somos demasiado viejos, ocupados y artríticos para hacer cualquier esfuerzo. Pues si esa es la idea, apague y vámonos porque, si bien James puede ser una figura de inspiración, el verdadero ejemplo que reciben los niños viene de nosotros sus padres o tutores. Nosotros somos sus primeros entrenadores y eso va más allá de comprarle el afiche del Real Madrid.


Ya sé lo que están pensando: Y esta vieja con qué autoridad moral viene a criticar?. Y hasta tendrán razón, no soy perfecta ni tengo ninguna autoridad moral para criticar a nadie. Lo más seguro que pase con este post es que sea una más de las reflexiones que pasa desapercibida, que se hunde en el mar de carreta que uno encuentra en internet… Imagínense, si la fiebre del triunfo se le pasa a uno rapidito y así como en una semana pasó la fiebre de la Ruana Rosada de Nairo o de leer Cien años de soledad con la muerte de Gabo... qué puede pretender una pobre escritora-wannabe, arruiná como yo.


En fin, este post no puede significar nada para nadie más pero para mí significa mucho. Significa que a mis 32 años estoy siguiendo el ejemplo de un culicagado de 23 que con mucho sacrificio se entregó a su sueño de jugar fútbol y llegó al Real Madrid costando 80 millones de Euros no por su linda cara sino por su talento -bueeeehhhh digamos que la linda cara le sumó puntos, pero nadie pone en duda de que su talento lo hizo todo-.


Este post es la primera piedrita de mi proyecto: hacer de mí misma el cambio que quiero ver en el mundo y aunque no llegue a tener nunca la audiencia de un partido de James, con que una sóla persona me pare bolas y comparta conmigo su visión de un mundo mejor, me daré por campeona… (mami!!!! tú vas a leer mi blog cierto?? mamá??? ma?)


Ahora sí me despido, deseándoles a todo un hermoso día y por encima de todas las cosas un buen comienzo para el próximo reto que van a asumir… porque confío que después de ver a James o a otro colombiano triunfar en lo suyo, no querremos que nuestra vida siga siendo la misma, sino mejor.

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